Esta semana The Washington Post con base en la denuncia de un informante indicó: «La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días engañó a sus correligionarios al engrosar sus arcas con dinero que debió haber destinado a la caridad, posiblemente violando leyes tributarias federales «

La denuncia fue presentada ante el IRS (cómo el SII en chile) el 21 de noviembre por David Nielsen, un miembro de la Iglesia de 41 años que trabajó hasta septiembre como un gerente de portafolios de la división de inversiones de esa Iglesia: Ensign Peak Advisors, una empresa localizada cerca de la oficina principal de la Iglesia, según el informe del diario, que tuvo acceso a la denuncia.

Un punto importante es que el IRS ofrece a los denunciantes una parte de los impuestos no pagados que recupere.

Debido a lo anterior, el día de ayer La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días da una declaración proporcionada en respuesta a los reportes de los medios de comunicación.


Tomamos muy seriamente la responsabilidad de cuidar los diezmos y donaciones recibidas de los miembros. La gran mayoría de estos fondos se utilizan inmediatamente para satisfacer las necesidades de la Iglesia en crecimiento, incluyendo el aumento de capillas, templos, educación, trabajo humanitario y esfuerzos misionales en todo el mundo. A través de muchos años, una parte se salvaguarda metódicamente por medio de una administración financiera sensata y la mantención de una reserva prudente para el futuro. Este es un sólido principio doctrinal y financiero que enseñó el Salvador en la Parábola de los Talentos y que la Iglesia y sus miembros han puesto en práctica. Todos los fondos de la Iglesia no tienen otro motivo que el de apoyar la misión divinamente designada de la Iglesia.

Las declaraciones al contrario que se distribuyen actualmente se basan en una perspectiva contraída e información limitada. La Iglesia cumple con todas las leyes aplicables que rigen nuestras donaciones, inversiones, impuestos y reservas. Seguimos acogiendo con beneplácito la oportunidad de trabajar con los funcionarios gubernamentales para abordar las preguntas que puedan tener.


Un muy buen ejemplo de lo que hace la Iglesia con las donaciones de los miembros, lo podemos leer en un artículo publicado por la Revista Time (historia de portada titulada “MORMONS, INC.”),


La revista comenta el renovado enfoque en las extensas propiedades de la iglesia demuestra una vez más que, bueno, la iglesia en realidad practica lo que predica sobre la vida providente y la autosuficiencia. Se toman en serio la historia bíblica sobre los siete años de abundancia de José y Egipto, seguidos de siete años de hambruna.

En una era de déficit federales crecientes, deudas estudiantiles masivas y promesas de pensión fallidas, tal vez deberíamos ser un poco más lentos para denunciar cuando una organización, una vez al borde de la ruina financiera, realmente se queda sin deudas y ahorra para un día lluvioso. Esto es especialmente importante para una iglesia, un lugar común al que las personas acuden en busca de ayuda en tiempos de dificultades económicas.

Como nación, y especialmente como individuos, todos haríamos bien en esforzarnos más por modelar este comportamiento.