SALT LAKE CITY, Utah | Deseret News | — Tres mujeres que han pasado los últimos cinco años juntas dirigiendo la organización que la Iglesia tiene para los niños, están por dividirse.

Una de ellas deja la Presidencia General de la Primaria por un nuevo llamamiento, por lo que las tres tienen sentimientos encontrados al aproximarse una vez más a la época de la Conferencia General, la que comenzó el sábado con la Sesión General para las Mujeres.

«Una de las cosas acerca de mí, es que soy muy sentimental» dijo esta semana la presidenta general de la Primaria, Hermana Rosemary M. Wixom, «pero hay algo más de nosotras, y es que somos una presidencia unida. Somos tres voces que armonizan, así que por supuesto, es un tiempo muy sobrecogedor».

El próximo fin de semana en las sesiones de la conferencia, se espera que la Hermana Jean A. Stevens, la primera consejera de la hermana Wixom, sea relevada y reemplazada para que pueda prepararse para servir como líder junto a su esposo en la Misión Inglaterra – Londres de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Por cinco años, la hermana Wixom, la hermana Stevens y la hermana Cheryl A. Esplin – la segunda consejera – han viajado alrededor del mundo conociendo así a miles de los 1.1 millón de niños de la Primaria de entre 3 y 11 años.

Su labor ha sido inmensa y su servicio memorable. De hecho, ellas, luego de reunirse cada miércoles por la tarde en el Edificio de la Sociedad de Socorro de la Manzana del Templo de Salt Lake, junto a las demás hermanas que componen las presidencias de las organizaciones de la Sociedad de Socorro y de las Mujeres Jóvenes, deliberaron presentar a la Primera Presidencia de la Iglesia y al Consejo de los Doce la sugerencia de reunir a las mujeres de la Iglesia de ocho años en adelante en una Sesión General para las Mujeres en el marco de la Conferencia General de la Iglesia, iniciativa que se ha llevado a cabo durante (ahora) tres conferencias consecutivas.

La herman Wixom dijo que la Sesión General de las Mujeres está ayudando a las niñas de la Primaria a ver en las jovencitas y en las mujeres mayores las metas que ellas necesitan en su propio camino.

«Cuando los niños de ocho años se preparan para su bautismo, ellos saben que están avanzando un peldaño en su reino», dijo la Hermana Wixom, «y que están tomando Su nombre sobre ellos, lo que involucra que Su voluntad se vuelve la de ellos. Ese es un concepto que a veces no enseñamos a nuestros niños. El bautismo los pone en el sendero; los cambia para siempre. Jamás serán los mismos.»

«Hemos llegado a saber que si un niño sabe quién es – un hijo del Padre Celestial – y que ahora se encuentran en un camino que lo llevará de regreso a Él, y que Él tiene un plan para ellos y que ese plan está centrado en el evangelio de Jesucristo, es una raíz firme que sujetará a ese niño cuando el viento venga».

Ellas entregan ese mensaje cada vez que alguna de ellas se reúne con los niños, ya sea en Madagascar, República Dominicana, Rusia, Zimbabwe, México, Canadá, o dondequiera que estén.