Fuente: Deseret News
Traducción por Camila Vargas

El 25 de mayo de este año, más de 1200 miembros fueron repartidos en los dos primeros centros de estacas, organizados por el Élder Gerrit W. Gong de los Setenta y presidente del Área Asia junto con el Élder Randy D. Funk, segundo consejero de la presidencia del Área Asia y miembro del quórum de los Setenta también.

En esa histórica ocasión, Eng Bun Houch fue llamado como presidente de la estaca Camboya Phnom Penh Norte y Ouk Sophal como presidente de la estaca Camboya Phnom Penh Sur. Al respecto, Ouk declaró a LDS Church News: “Es maravilloso el poder presenciar el crecimiento de la Iglesia en estas tierras. El Señor nos ama y nos bendice grandemente”.

Dicha reunión, contó con la asistencia de los cinco presidentes de misión anteriores junto a sus esposas, entre quienes se encontraban David y Myrna Towers, cuya presencia sólo realzó la ceremonia.

David Towers, quien presidió la misión Camboya Phnom Penh desde el 2003 al 2006, expresó: “estábamos muy emocionado por poder concretar esas estacas. Fue un momento glorioso, una gran celebración para la Iglesia, que lleva 20 años en Camboya”.

El gobierno camboyano aprobó el reconocimiento legal para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el 4 de marzo de 1994. Desde entonces, la membresía SUD en el país ha aumentado hasta llegar a más de 12.200 miembros, información entregada por el sitio mormonnewsroom.org.

Los Towers no sólo se maravillaron con la expansión que la Iglesia ha logrado en Camboya, sino que también compartieron historias y experiencias significativas acerca del tiempo en el que sirvieron en este país al sureste de Asia.

Un poco de historia

La década de los 70 en Camboya estuvo marcada por una gran agitación política y una serie de tragedias. Según un artículo de National Geographic, desde 1975 hasta 1979, el dictador comunista Pol Pot y sus soldados Khmer Rouge asesinaron a cerca de dos millones de camboyanos (más del 21% de la población).

Durante este lapso de tiempo, muchas familias fueron arrancadas de sus hogares los que posteriormente fueron destruidos. Loy Bunseak fue una de las millones de víctimas. Teniendo sólo 9 años de edad fue llevado a la fuerza a trabajar en un campo de arroz. Perdió a sus dos padres y a cinco de sus ocho hermanos. Según sus propias palabras, sólo logró sobrevivir gracias a la “esperanza”, sentimiento que lo llevó a conocer a los misioneros 15 años después. Se bautizó junto a su familia y con el tiempo llegó a servir como presidente de la rama Siem Reap.

Chun Chanty tenía 7 años cuandoFal se llevaron a sus padres a los “campos de la muerte”, pero el Evangelio de Jesucristo le devolvió la paz. “Pese a que no tuve la oportunidad de servir a mis padres aquí en la Tierra, me estoy preparando para servirles a través de las ordenanzas del templo para que podamos reunirnos nuevamente y vivir juntos en el cielo”.

Sopa de pescado

Los Towers describen a las personas de Camboya como humildes y fieles. Cuentan que una mujer mayor los invitó a su casa para la noche de hogar con su familia. El matrimonio aceptó pero le dijo que no se preocupara por preparar una cena porque sabían que vivía en circunstancias humildes y que no tenía trabajo.

Cuando llegaron a la hora indicada, la mujer los recibió con un gran bol de sopa de pescado, arroz, verduras y fruta. Al momento de preguntarles por qué había cocinado para ellos, les respondió con la siguiente historia:

Pese a la petición de no cocinar, quiso hacerlo de todos modos. Inspirada por un versículo del Libro de Mormón, oró fervientemente para ser capaz de conseguir comida para sus invitados. Dos días antes de la fecha, mientras iba caminando por la calle, se encontró con un par de pantalones verdes con 5 dólares en el bolsillo. Como no había nadie en los alrededores, consideró el dinero como la respuesta a sus oraciones. Compró el pescado, el arroz y las verduras. La fruta le fue dada por una vecina.

“Compartió que si uno cree en las enseñanzas del Libro de Mormón será bendecido. No tenía idea de cómo sucedería, pero pasó. Le dije a David que no era una gran fanática de la sopa de pescado –comparte la hermana Myrna– pero esa en particular, estaba deliciosa. Esta hermana tenía tanta fe, era realmente maravillosa”.

Falta de registros

Durante la era de Pol Pot, muchos registros escritos fueron destruidos, lo que presentó un gran desafío para los camboyanos interesados en buscar acerca de su historia familiar. La genealogía camboyana es algo complejo porque cada persona tiene un apellido diferente, las mujeres no toman el apellido de sus esposos y los hijos usan el apellido materno, los que también van en primer lugar, antes del nombre.

Pese a eso, los Towers se sintieron inspirados por la fe de un miembro de la iglesia, el que estaba determinado a conseguir al menos los registros de cuatro generaciones de su familia. Al no lograrlo, oró y pidió guía a su Padre Celestial.

El hermano Towers prosiguió diciendo que “poco después, fue capaz de completar las cuatro generaciones por pura revelación. Fue su fe la que le permitió completar su genealogía”.

Perspectiva misional

A causa del régimen Pol Pot, la economía nacional y los sistemas educativos continúan en crisis y la mayoría de las personas vive en condiciones de extrema pobreza. El hermano Kory Stevens, quién sirvió como misionero de tiempo completo desde el 2008 hasta el 2010, cuenta que por ende, es difícil conseguir que las personas sacrifiquen un día de trabajo para asistir a las reuniones dominicales de la Iglesia.: “el dejar de trabajar los domingos puede significar, literalmente, no obtener el dinero necesario para alimentar a tu familia. Aquí, el asistir a la Iglesia requiere de mucha fe”.

Otro desafío es el analfabetismo. Muchas personas mayores nunca aprendieron a leer, por lo que los misioneros han debido idear maneras únicas para ayudar a los investigadores a que se interioricen con el Libro de Mormón.

Uno de los momentos más memorables en la misión de Stevens fue cuando junto con su compañero bautizaron a la mitad de una familia. La madre fue llamada a servir como presidenta de la Sociedad de Socorro convirtiéndose en una líder fuerte que llegó a renovar la rama a la que asistía. Hace poco se enteró que con el tiempo, los miembros restantes de la familia también se bautizaron y que se sellaron en el templo de Manila, Filipinas, la semana pasada.

Al respecto, compartió: “mi corazón rebosaba y sentí algo que nunca antes había sentido. Me sentí colmado de gozo por esta familia. De eso se trata todo”.

El trabajo continúa

Para los Towers, uno de los aspectos más emocionantes de las dos nuevas estacas es que de los seis nuevos líderes de estaca, tres sirvieron como misioneros cuando ellos eran los presidentes de misión, incluido el presidente Ouk. Los Towers se sintieron igualmente gozosos de enterarse que varios antiguos élderes y hermanas de su misión se han casado y comenzado sus propias familias.

Para el hermano David, ha sido un sentimiento muy especial. “Quizás hicimos algo bien y los ayudamos en cierta forma”, dice. Y su esposa agrega: “es tan divertido poder verlos con sus pequeñas familias”.

Grande fue la alegría del matrimonio al enterarse de que su nieto Weston Monson recibió su llamamiento misional a Camboya.

Monson, quien parte en tres días más (el 6 de agosto), explicó: “estoy muy ansioso por llegar allá. He visto fotos y he escuchado muchas historias. Espero probar la comida exótica del lugar, caminar por las calles inundadas y aprender el idioma. Es un verdadero honor poder continuar con el legado de la familia”.