Millones de santos de los últimos días y otras personas han hallado consuelo en una época de inquietud global al mirar — y a menudo al volver a mirar — el “Mensaje de esperanza durante el brote de coronavirus” del presidente Russell M. Nelson.
El presidente de la Iglesia dijo que los miembros disfrutan el “gran privilegio” de ministrar, servir a su prójimo y brindar el consuelo y la seguridad que tanto se necesitan.
“Por favor, cuiden bien de ustedes y sus seres queridos”, dijo, “y busquen oportunidades de ayudar a quienes los rodean, cerca y lejos”.
Russell M. Nelson
Muchas personas están siguiendo el consejo del presidente Nelson. Estos son algunos ejemplos de ministración durante tiempos disruptivos que se compartieron en un sitio de la Iglesia en los últimos días desde todas partes del mundo:
Ministrar por medio de grupos de mensajería
Hace unos meses, Kacey Judd, del Barrio Prosper 2, Estaca Texas Prosper, siguió la impresión de crear un chat grupal con los vecinos que viven en su nueva subdivisión residencial.
Les pidió a las personas que viven cerca de ella que se presentaran e incluyeran sus nombres y domicilios, “para que todos pudieran conocerse, al menos por mensaje de texto, y tener un punto de contacto con los demás. No usamos la mensajería con frecuencia — pero sabemos que está allí”.
Cuando la noticia sobre la pandemia apareció en todas partes, Judd se despertó con otra impresión de enviar un mensaje a sus vecinos para ver si todos se encontraban bien.
“Veía cómo los vecinos enviaban a sus niños pequeños por el vecindario para distribuir rollos de papel higiénico y mi corazón se llenó de gratitud por la bondad que mostraron”, escribió. “No nos conocemos muy bien, pero es maravilloso ver a las personas unirse para ayudar”.
Tal ejemplo de ministración en una nueva subdivisión de Texas con personas relativamente desconocidas le recordó a Judd acerca de varios principios eternos del evangelio, tales como la ley de consagración, la autosuficiencia y la fe en que Dios bendice a quienes se esfuerzan por servir a los demás.
“La bondad”, escribió ella, “comienza conmigo — y es contagiosa”.
Adoración pacífica en una concurrida ciudad asiática
Hong Rui Cong, un joven adulto soltero de Taipéi, Taiwán, ha hallado gozo al ministrar a los santos de los últimos días en el extremo norte de la bulliciosa ciudad capital.
El domingo, 22 de marzo, pasó por el apartamento de un hermano joven adulto soltero para participar de la Santa Cena con un pequeño grupo de miembros, cantar himnos y ayudar a compartir una lección dominical.
“El COVID-19 ha impactado nuestras vidas… Así que hablamos sobre la importancia de las familias y cómo el evangelio de Jesucristo nos puede permitir sentir paz en nuestra vida”, dijo él.
El poder de ser recordados
Robyn Jones, del Barrio JAS River Oaks, Estaca JAS West Jordan Utah, ha aprendido, durante la semana pasada, que la ministración en un momento de incertidumbre no tiene por qué ser algo llamativo o nuevo. La mayoría de las veces, no hay necesidad de reinventar la “rueda de la ministración”.
Existe un poder cuando las personas simplemente saben que alguien se acuerda de ellas.
“Tuve un derrame cerebral cuando tenía 8 años, así que las emociones y sensaciones son especialmente intensas para mí en épocas de estrés como esta”, escribió Jones. “Me he dado cuenta durante los últimos días de que más personas se están poniendo en contacto conmigo, para asegurarse de que estoy bien — en especial quienes me conocen más.
“Me llevó un poco de tiempo darme cuenta de estas bendiciones en medio del miedo y la preocupación, pero ahora que soy consciente de ello, siento alivio y paz”.
Un momento para escuchar y compartir gozo
Hace poco, Melissa Welker, miembro santo de los últimos días, estaba saliendo de su hogar para conseguir algunos alimentos cuando sintió la impresión de ver cómo estaba una viuda mayor que vive sola en su misma calle y preguntarle si necesitaba algo de la tienda.
El rostro de la mujer se iluminó cuando respondió al llamado de Welker en la puerta.
“Rápidamente me dijo que no necesitaba nada y luego me invitó a pasar y visitarla durante un momento”, escribió Welker. “Me enteré de que, debido a su diabetes y su edad, se estaba quedando en su hogar hasta que todo pasara.
“Me preguntó si quería ver su casa y, a medida que recorríamos cada habitación, me señalaba objetos que eran especiales para ella y me contaba sus historias. Me llevó a su patio trasero, donde me mostró las plantas que poda y cuida. Es su lugar favorito”.
Las dos amigas hablaron sobre sus familias y ambas se sintieron edificadas como resultado de una simple visita.
Ministrar a través de JustServe.org
Los santos de los últimos días en el área de San Clemente, California, disfrutan de una larga relación con Family Assistance Ministries, una organización benéfica que brinda alimento, suministros y recursos de asesoramiento a personas con necesidades en el sur de Orange County.
Debido al brote de COVID-19, la organización ha perdido a la mayoría de los voluntarios de su almacén, que son, generalmente, ciudadanos de la tercera edad.
Utilizando el programa de la Iglesia JustServe.org, los miembros locales y otras personas de la comunidad recientemente han cubierto más de dos docenas de turnos, lo cual hizo posible que Family Assistance Ministries continuara sirviendo a las comunidades en riesgo en una época de crisis, escribió Autumn McAlpin, que sirve como representante de JustServe en su barrio.
“En el almacén, los voluntarios trabajan en grupos de 10 personas como máximo y ponen en práctica el distanciamiento social, el lavado de manos y el uso de guantes a medida que empacan las cajas para la comunidad”, informó McAlpin. “Muchos han ido como familia, llevando a sus hijos, y han expresado que pasaron un buen momento sirviendo juntos y que no pueden esperar a volver.
“Family Assistance Ministries ha dicho que su demanda es mayor que nunca, a pesar de que sus suministros se han reducido a la mitad — así que, más que nunca estamos tratando de ayudar en lo donde podamos”.
McAlpin añadió que los miembros de su comunidad recientemente han colocado también una lista en JustServe para buscar voluntarios que cosan mascarillas médicas para donar a hospitales locales.
“Esperamos que esto proporcione una actividad que las personas puedan hacer desde sus hogares y que nos ayude a reflexionar en los muchos héroes que están arriesgando su vida para ayudar a otros”.
Una bienvenida virtual
Hace algunos días, el élder Brad Prolo regresó a casa en el sur de California luego de que su servicio misional en Ucrania se acortara inesperadamente debido a la pandemia.
Según la costumbre, muchos amigos y conocidos de su barrio se habrían reunido en el aeropuerto para darle la bienvenida a casa al élder Prolo. Sin embargo, debido a las prácticas actuales de distanciamiento social, optaron por hacerlo con un poco de creatividad moderna.
“Sin dudarlo, una miembro de mi barrio, Debra Bledsoe, comenzó a hablar con los miembros y amigos y a pedirles que grabaran un video corto dando la bienvenida al élder Prolo”, dijo Celeste Prolo, la madre del misionero.Esta es una parte del video que hicieron sus amigos y familiares para el élder Prolo.
“Juntamos los videos en uno solo para que Brad los viera. Sintió mucho amor de parte de todos los que pudieron enviarle una bienvenida ‘virtual’”.
Los jóvenes expertos en la tecnología se mantienen conectados y sirven
El élder Fernando Del Carpio, un setenta de área de Tacna, Perú, se maravilla ante las oportunidades de servicio que posibilita la tecnología moderna. Muchos de los esfuerzos actuales por cuidar a otros en un momento de crisis simplemente no habrían sido posibles aun hace una década.
Los obispos y presidentes de estaca en todo Perú, informó él, están manteniendo contacto frecuente con las personas a quienes sirven por medio del uso de sus teléfonos inteligentes y aplicaciones económicas o gratuitas tales como WhatsApp.
Un maestro de Perú usa su teléfono para planificar metas de ministración con sus asesores adultos y los demás poseedores del Sacerdocio Aarónico de su barrio.
“Estamos viendo a muchos obispos usar la tecnología para reunirse con sus consejos para la juventud y establecer metas de indexación de historia familiar”, dijo el élder Del Carpio.
Tales comunicaciones “fortalecen nuestro testimonio aun cuando estamos en cuarentena con nuestra familia”.
El élder Del Carpio dijo que los jóvenes de su país son especialmente expertos en el uso de la tecnología — una habilidad que les permite ministrar a sus compañeros. Muchos cuórums del Sacerdocio Aarónico y clases de las Mujeres Jóvenes locales se mantienen en contacto, planifican y se edifican unos a otros por medio de videollamadas frecuentes.