Hoy escuché un interesante Podcast (episodio 32, Rare Possessions Podcast) enfocado en la respuesta que el presidente Joseph F. Smith le dio a un misionero que tenía algunas dudas sobre la posibilidad de la redención más allá de la tumba. Está basado en un bello artículo que apareció en la revista Improvement Era (“Redemption Beyond The Grave”, Tomo 5, No. 2, diciembre de 1901, pp. 145-147, cortesía Book of Mormon Central).

Una de las escrituras mencionadas me llamó mucho la atención. El presidente Joseph F. Smith la citó para demostrar que los muertos que no tuvieron la oportunidad de realmente escuchar el evangelio aquí en la tierra lo tendrán en el mundo de los espíritus (ese también es el bello tema que podemos apreciar al estudiar Doctrina y Convenios 138).

“De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán” (Juan 5:25). El sobrino del Profeta José Smith explicó, “En cuanto a la escritura Juan 5:25, la palabra ‘oigan’ implica mucho más que el simple significado de la palabra; ‘y los que la oigan vivirán’, que evidentemente significa, aquellos que la oigan y obedezcan, y no sólo aquellos que la oigan; esto, por supuesto, es lo que significa”.

Entre los judíos, una de las escrituras más importantes se apoda el Shemá: “Shemá Israel Adonai Eloheinu Adonai Ehad”, “Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deuteronomio 6:4), “שְׁמַ֖ע יִשְׂרָאֵ֑ל יְהוָ֥ה אֱלֹהֵ֖ינוּ יְהוָ֥ה׀ אֶחָֽד׃”.

Cuando escuché las palabras del presidente Joseph F. Smith me acordé de que שְׁמַ֖ע no sólo significa oír o escuchar, sino que mucho más que eso, prestar atención y obedecer (ver, por ejemplo, a Chávez, M., 1992, Diccionario de hebreo bı́blico). Todo esto también me recuerda que en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días la palabra fe significa más que creer, ya que es una palabra de acción. Si realmente tenemos fe, nuestra vida cambiará para demostrarlo. O sea, seguiremos la enseñanza de Santiago, “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22).

Para mí es muy grato que aquellos que en esta vida no tuvieron la oportunidad de realmente oír la palabra tendrán esta oportunidad en la próxima. Los que sí hemos oído la palabra debemos aplicarla.