Elder Russell M Nelson, nos da una mirada distinta en cuanto a la expiación de nuestro Salvador Jesucristo.


El gozo es poderoso y el centrarse en él trae el poder de Dios a nuestra vida. Como en todas las cosas, Jesucristo es nuestro máximo ejemplo, “quien, por el gozo puesto delante de él, sufrió la cruz”. ¡Piensen en ello! A fin de que Él pudiese soportar la experiencia más intensa que se haya padecido en la tierra, ¡nuestro Salvador se centró en el gozo!

¿Y cuál fue el gozo que se puso delante de Él? Seguramente incluía el gozo de limpiarnos, sanarnos y fortalecernos; el gozo de pagar por los pecados de todo el que se arrepintiera; el gozo de hacer posible que ustedes y yo regresáramos a casa —limpios y dignos— para vivir con nuestros Padres Celestiales y nuestras familias.