El emblemático líder y maestro del Evangelio falleció la noche del sábado 16 de febrero luego 9 años de un derrame cerebral que lo dejó fuera de las aulas y los púlpitos.

SANTIAGO, Chile — Siendo joven, viajó a Santiago para estudiar derecho en la Universidad de Chile, carrera que no llegaría a ejercer ya que, nunca se acercó a la Corte Suprema para jurar como abogado después de haber egresado. El joven Raúl decidió dar un fuerte vuelco que marcaría su vida (y la de muchos) para siempre: asumió dos años más de estudio para convertirse en profesor de estado.

Aún cuando su tendencia hacia las letras se mantuvo –ya que estudió historia y filosofía–, su vocación no estaba en los alegatos judiciales sino en enseñar en las aulas.

El 29 de enero de 1939, el sur de Chile fue devastado en el que llegaría a ser el terremoto más mortífero del cual se tenga registro en el país. Chillán fue el epicentro de un sismo 8.3 en la escala de Richter que cobró aproximadamente 28 mil vidas. Los esfuerzo de la nación y del recién asumido presidente Pedro Aguirre Cerda (cumplía un mes en el cargo), se enfocaron en la tarea en reconstruir las ciudades e impulsar nuevamente la economía.

En este duro contexto,  para el día del equinoccio de otoño de ese año, un martes 21 de marzo, nació un varoncito al que llamaron Raúl Benigno Gallardo Martínez. Su madre fue Doña Olga Luz Martínez, quien le dio a luz en la ciudad de Valdivia. Su padre fue don Raúl Gallardo Lara, “un hombre sencillo, cordial [y] enamorado del periodismo” según el senador Carlos García Ruminot lo recordaría en mayo 2016, durante el homenaje del Senado de Chile al centenario del Diario El Austral, periódico que Raúl, padre, dirigió por 27 años comprometido “con un periodismo valiente, plural e independiente”.

El paso del joven Raúl por Santiago no sería solo determinante por sus estudios académicos sino que también fue por esos años cuando conoció a misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Después de recibir el mensaje de los misioneros y de un proceso de fuerte conversión, se bautizó el 20 de julio de 1963 en la Rama Ñuñoa y desde ese momento comenzó a servir en diferentes llamamiento, asignaciones y empleos en la Iglesia.

Luego de haber servido como consejero en la Presidencia de la Rama Ñuñoa, fue llamado a presidirla. El joven y soltero presidente Gallardo, se involucró activamente en la obra misional y fue parte de la conversión de Carmen María de Lourdes Zambrano Serendero, a quien tuvo el privilegio de bautizar el 27 de diciembre de 1969. La relación del presidente de rama con la joven conversa fue más allá del hermanamiento ya que, un año y un mes después, terminarían contrayendo matrimonio el 21 de enero de 1971.

Raúl y Lochi (apodo con el que todos la llegaron a conocer) viajaron al Templo de Salt Lake City para ser sellados como familia por el tiempo y la eternidad el 27 de marzo de 1975. En ese entonces, no había ningún templo construido al sur de los Estados Unidos.

A inicio de los ‘60, la creciente Iglesia chilena comenzó una iniciativa educativa con colegios para los niños de la Iglesia que incluía educación secular y religiosa. Este proyecto fue mutando hasta que ya en los principio de los ‘80 los colegios ya habían cerrado. Así fue Sistema Educativo de la Iglesia (SEI) enfocó todos sus recursos solo en educación religiosa en los programas de Seminarios e Instituto. En todo este proceso, Gallardo fue un pionero, llegando a ser director del Colegio Desert (que se ubicaba en lo que ahora se conoce como la Manzana del Templo de Santiago) y, en 1984, siendo trasladado a la ciudad de Concepción como coordinador de seminarios. En esta ciudad se establecería junto a su familia para el resto de su vida.

Ya en la Región del Biobío, Gallardo fue llamado como obispo del Barrio Pedro de Valdivia, de la Estaca Concepción Chile, llamamiento en el que sirvió por una década hasta el 18 de diciembre de 1994. Ese día se organizó la Estaca Concepción Chile Chiguayante a partir de la Estaca Concepción y se reorganizó la presidencia de la Estaca Concepción Chile, siendo llamado como presidente de la estaca.

Manteniendo esa responsabilidad eclesiástica, continuó trabajando para el SEI en diferente zonas del Gran Concepción, supervisando diferentes aspectos de la educación religiosa durante dos generaciones de jóvenes. Aún cuando su oficina estaba en Colo Colo 46, donde se ubica el Instituto de Religión Concepción, todos lo recuerdan más planificando charlas, bailes, actividades y conferencias multiestaca, compartiendo con jóvenes en la “Superolimpiconferencias” en la  Capilla Villa Acero, dando su clase mensual de seminario en los “Supersábados” en la Capilla Gleisner, o supervisando una clase de seminario que se impartía en la casa del maestro en Chiguayante a las 6:00 AM. Fue él el autor del grito “¡Ris, Ras, Rus!” que se popularizó entre los jóvenes y maestros penquistas mientra que servía como coordinador.

El año 2004, Gallardo fue relevado de la presidencia de la Estaca Concepción, coincidiendo con su jubilación del SEI, pero eso no lo alejó de las responsabilidades de la Iglesia, ni del SEI. Seguido de su relevo fue llamado como consejero de la Misión Chile Concepción y continuó haciendo clases como maestro en el Instituto de Religión. Según su familia y sus cercano, él amaba hace clases a los jóvenes de instituto y relacionarse con la juventud de la Iglesia.

Con el paso de tiempo su ánimo no decaía, ni tampoco su espíritu jovial, pero su cuerpo no llevaba el mismo ritmo. En 2010 sufrió un derrame cerebral del cual sobrevivió pero nunca se pudo recuperar completamente y con el tiempo su memoria comenzó a fallar más y más. Este evento marcó el fin de su vida como maestro del Evangelio y líder de la Iglesia. Su salud continuó decayendo hasta que el día sábado 16 de febrero de 2019 cruzó el velo para reencontrarse con su querida Lochi, quien le antecedió en ese trayecto en abril de 2014.

Junto con marcar la vida de miles de jóvenes con la enseñanza y ejemplo, el más importante legado del hermano Gallardo es su familia: dos hijos, nueve nietos y una bisnieta.

Los restos mortales de Raúl Gallardo fueron velados el 17 y 18 de febrero en el centro de reuniones del Barrio Pedro de Valdivia, Estaca Concepción, ubicado en Av. Francesa 21, Concepción (a 5 cuadras del Templo de Concepción). Su servicio fúnebre se realizará hoy martes 19 a las 10:00, en el mismo centro de reuniones.

Imagen destacada: Raúl Gallardo, junto a su esposa Cármen «Lochi» Zambrano. | Facebook.