La versión Reina Valera 2009, producida por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es bellísima. La traducción no se llevó a cabo, eso sí, para corregir las faltas de la excelente versión Reina Valera 1960 (la edición que usábamos anteriormente). La Iglesia necesitaba una edición sin derechos reservados para ofrecernos múltiples ayudas, tal como los encabezamientos de los capítulos, explicaciones de las palabras en hebreo y griego, referencias atravesadas al resto de los libros canónicos, y la Guía de Referencias de la Santa Biblia. Lo mejor de todo son las secciones inspiradas en las que el Profeta José Smith corrigió muchos versos (la Traducción de José Smith, TJS).

Sólo voy a compartir un ejemplo de la TJS. El Élder David A. Bednar explicó: “De manera significativa, la frase del Señor que se encuentra en la versión del rey Santiago de la Biblia: ‘Nunca os conocí’, se cambió en la traducción de José Smith a ‘Nunca me conocisteis’” (Conferencia General, octubre de 2016).

Traducir es interpretar

No es posible traducir sin interpretar. El libro más perfecto que conozco es el Libro de Mormón. Las planchas fueron “traducidas por el don y el poder de Dios” (Tres Testigos) al inglés.

La traducción del Libro de Mormón al español es muy hermosa y está llena del Espíritu. Pero aun el tener una versión perfecta en inglés, como fuente, no garantiza la traducción. En 2 Nefi 5:27 tenemos, “Y aconteció que vivimos de una manera feliz”. Creo que en nuestras mentes no le damos mucha importancia a la palabra “manera” en este contexto y solemos pensar que simplemente «vivimos felices”.

En inglés esta escritura dice, “And it came to pass that we lived after the manner of happiness” (2 Nephi 5:27). Una traducción más literal sería, “Y aconteció que vivimos tras la manera de la felicidad”. Aquí la palabra “manera” adquiere énfasis. No sólo vivimos felices, nos dice esta escritura, sino que lo hicimos tras la manera de la felicidad, o sea, a la manera del Señor. Vivíamos felices justamente porque estábamos guardando los mandamientos.

En este instante acabo de llevar a cabo una búsqueda de la expresión “after the manner of happiness” en las Conferencias Generales de la Iglesia. ¿Qué encontré? Que la expresión está íntimamente relacionada con el guardar los mandamientos y el vivir una vida centrada en Jesucristo.

Si existen problemas de traducción cuando tenemos una fuente perfecta, ¿cuánto más arduo será cuando el texto es ambiguo e imperfecto?

Imperfecciones y falta del original

Sabemos que la Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, está basada en textos imperfectos (no tenemos los manuscritos originales). El profeta José Smith dijo, “Creo en la Biblia tal como se hallaba cuando salió de la pluma de sus escritores originales. Los traductores ignorantes, los escribientes descuidados y los sacerdotes intrigantes y corruptos han cometido muchos errores” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 217).  

A pesar de esto, como miembros de la Iglesia restaurada, amamos a la Biblia (M. Russell Ballard, Conferencia General abril de 2007). El Profeta José Smith dijo que nadie creía más en la Biblia que los Santos de los Últimos Días. En una ocasión explicó, “Nuestra latitud y longitud se pueden determinar en el hebreo original con una exactitud mucho mayor que en la versión inglesa”.

Filosofías de traducción

Los eruditos en traducción bíblica hablan de dos extremos en cuanto a las filosofías de traducción. Por un lado, tenemos las traducciones relativamente literales (palabra por palabra, también se conocen como equivalencia formal) y al otro extremo; traducciones idiomáticas (concepto por concepto, también se les conoce como equivalencia dinámica o funcional). Algunos incluyen a las paráfrasis como parte de las traducciones idiomáticas.  

El problema con las Biblias con traducciones idiomáticas y las parafrásticas, a pesar de su lenguaje más simple, yace en el aumento de interpretación —y por ende de errores— de parte del traductor. Tenemos la gran ventaja que la Biblia Reina Valera 2009 está entre las traducciones literales.  

Nos corresponde como miembros escudriñar las escrituras junto con el guía del Espíritu, y también buscar lo que nuestros profetas y autoridades generales han dicho sobre ellas.  

Desafíos específicos en relación con el Nuevo Testamento

Las dos fuentes griegas más utilizadas para la traducción del Nuevo Testamento son (1) el texto Bizantino o Textus Receptus y (2) el texto Alejandrino. Felizmente, las ediciones Reina Valera 1909 y 1960 usan el texto Bizantino. Nuestra traducción 2009 está basada en gran parte en la versión Reina Valera 1909 y por ende sigue el texto Bizantino. ¿Por qué importa? Porque el texto Bizantino preserva la divinidad de nuestro Redentor Jesucristo (Élder J. Reuben Clark. Why the King James Version. Salt Lake City: Deseret Book, 1956). Muchas versiones modernas, en cambio, usan como fuente el texto Alejandrino, el que ha removido muchas escrituras que demuestran la divinidad de nuestro Salvador.  

Conclusión

Los miembros de la Iglesia tenemos la gran bendición de tener la versión Reina Valera 2009. Debemos leerla y escudriñarla, junto con nuestras otras escrituras. La publicación de la Reina Valera 2009 cumplió con una de mis más grandes añoranzas. El tener una Biblia en español con los apuntes del Profeta José Smith.