Cuando todo empezó

El 19 de octubre, a eso de las 22:00 de la noche estaba mirando por la ventana hacia la cruz del milenio en Coquimbo, viendo a un avión policial, escuchando sirenas a lo lejos, e intentando avanzar por las tantas barricadas que bloqueaban los caminos. Estallido Social.

Estaba lejos, sola, sin mi familia y con todo un equipo que debía viajar de vuelta a Valparaíso. Al volver a casa hubo un boom de información en internet, y de momento pareció que afuera no había nada bueno, la gente se comenzó a dividir, al parecer había que tomar bandos y la conmoción fue cada vez más latente.

Siendo honesta, sentía que nada era seguro, había que sobre pensar todas las cosas. Tener cuidado al ir y al venir del trabajo, era complicado hacer las cosas cotidianas. Me aislé mucho y empecé a salir lo menos posible de casa. Pero en realidad sólo estaba asustada de cualquier cosa que pudiera pasar, de salir y no poder volver a mi casa, de encontrarme con una protesta, de que tener que presenciar cualquier acto violento.

La información, el estar sola, no ver a mis amigos, dejé de leer y hacer cosas que me fortalecían y fui sintiéndome triste con el pasar de los días, sin saber muy bien que me pasa concluí una cosa: tenía miedo.

Recordar lo que nos trae fortaleza

Cuando estaba en seminario recuerdo que me gustaba mucho un video de Presidente Nelson, (LINK DEL VIDEO) en el que cuenta la historia de cuando el estaba en un avión, uno de los motores del ala derecha se incendió y comenzaron a caer en picada, dentro del avión perdieron la calma, sin embargo él estaba tranquilo y con un sentimiento de paz. ¿Desfallecerá el corazón de los hombres?¿Desfallecerá mi propio corazón por la conmoción del mundo? ¿Como podía sentirme tranquila dentro del caos?

Siempre en Cristo hay paz.

He asistido a la iglesia toda mi vida, y constantemente se me olvida que el miedo no es un fruto del Espíritu, es fácil entrar en pánico cuando las voces gritan fuerte pidiendo ayuda, gritando de miedo y buscando consuelo dentro del caos, como cuenta el profeta qué pasó en el avión.

Es fácil olvidar las cosas que aprendemos cuando nos distraemos con el ruido del mundo. Pero recordé el video y recordé también las promesas del Señor. La gente, tendrá miedo porque olvida su identidad y su propósito, como nos explica el Profeta. Y me dí cuenta que al estar asustada sólo le damos la victoria a un ser que desea que perdamos la esperanza, y que de manera sutil, hace que olvidemos quién realmente somos.

Durante tantos años se nos ha estado anticipando el tener que estar preparados para estas cosas y ahora lo estamos viviendo, tenemos escrituras, programas inspirados, videos, imágenes, profetas y el amor de un Dios incondicional al que podemos confiarle todo lo que tenemos. Los invito a poder ver el video si están enfrentándose a cosas similares y a recordarlo en tiempos difíciles.

Esfuérzate y sé valiente

El mundo está cambiando y a los miembros de la iglesia de Jesucristo se nos han dado muchas herramientas para poder estar listos, tranquilos y sobretodo poder ser una herramienta para las demás personas que no lo estén.

El Salvador ha dejado Su obra en la Tierra para que no estemos desamparados y sepamos a quién acudir. Dejemos que las dificultades que pasemos tanto las personales, como las exteriores nos unan a todos. Nos ayuden a ser más empáticos y amables.

Al voltear nuestros corazones hacia una perspectiva eterna, podremos cantar también «Cristo, el miedo ya pasa y todo está en paz, el sol en el mar se refleja y siento un gran solaz. «. Volví a mi casa en la micro de siempre. Sintiéndome diferente y no teniendo más miedo. Al estudiar, encontré muchas referencias referente a la Paz, como este himno, la canción de los jóvenes que titula este post y las escrituras que lo finalizan.

«Cristo, el miedo ya pasa y todo está en paz, el sol en el mar se refleja y siento un gran solaz. »

Creo que podemos convertir estas cosas difíciles en oportunidades para ayudar y repartir esperanza en tiempos en los que esta pareciera extinguirse. No tengan miedo como yo lo tuve. Él nos da esperanza, Él nos da solaz, Su fuerza da cuando hay pesar, nos da Su espíritu en la tempestad. Sigo aprendiendo que si no hay paz en el lugar que estemos, siempre en Cristo hay paz.

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo… En el mundo tendréis aflicción. Pero confiad; yo he vencido al mundo. Aprende de mí y escucha mis palabras; camina en la mansedumbre de mi Espíritu, y en mí tendrás paz. (DyC 19:4)

Juan 14:27, Juan 16:33 y Doctrina y Convenios 19:4