Las preguntas que el abuelo del presidente Nelson le hizo a un visitante del mundo de los espíritus y sus sorprendentes respuestas.

Como Santos de los Últimos Días, se nos enseña que podemos tener la vida eterna incluso después de pasar por la muerte. Aunque hay algunas cosas que sabemos acerca de la vida después de la muerte, todavía hay muchas cosas que no sabemos.

Mientras estaba en la Conferencia RootsTech de 2017, el Presidente Russell M. Nelson respondió a algunas preguntas sobre lo que es la vida después de la muerte con una historia de su propia de su familia.

Este «precioso regalo» que el presidente Nelson compartió fue sobre su abuelo Andrew Clarence Nelson, o A.C. Nelson, que compartió con su familia mediante su diario de vida.

A través de este diario, el Presidente Nelson y su familia pudieron saber acerca de un visitante del mundo espiritual, que su abuelo recibió 27 años antes de la visión del presidente Joseph F. Smith de 1918 sobre la redención de los muertos y así obtener importantes respuestas sobre lo que realmente es la vida después de la muerte:

Cuando mi abuelo A. C. Nelson era un joven esposo y padre, de sólo 27 años de edad, su padre murió. Entonces, unos tres meses más tarde, su padre, ahora fallecido, vino a visitarlo. La fecha de esa visita fue la noche del 6 de abril de 1891. El abuelo Nelson quedó tan impresionado por la visita de su padre que escribió la experiencia en su propio diario para su familia y sus amigos. Y gracias a su aliento, tomé su diario y creé este documento e hice copias de este documento para cada miembro de la familia.

Escuchen las palabras de mi abuelo acerca de esa sagrada experiencia:

«Estaba en la cama cuando papá entró en la habitación. Vino y se sentó en un lado de la cama y dijo: ‘Bueno, hijo mío, ya que tenía unos pocos minutos libres, recibí permiso para venir a veros por unos minutos. Me siento bien, hijo mío, y he tenido mucho que hacer desde que fallecí.’

‘¿Qué has estado haciendo desde que falleciste, padre?’

‘He estado viajando con el apóstol Erastus Snow desde mi muerte, es decir, tres días después de mi muerte. Recibí mi comisión predicar el evangelio. No puedes imaginar, hijo mío, cuántos espíritus hay en el mundo espiritual que aún no han recibido el evangelio, pero muchos lo están recibiendo y se está llevando a cabo una gran labor. Muchos están esperando ansiosamente a que sus amigos que todavía viven hagan las ordenanzas por ellos en los templos. He estado bastante ocupado predicando el evangelio de Jesucristo.’

‘Padre, ¿puedes vernos en todo momento, y sabes lo que estamos haciendo?’

‘Oh, no, hijo mío, tengo algo más que hacer, no puedo ir cuando y donde me plazca. Hay tanto e incluso más orden aquí en el mundo espiritual que en el otro mundo. Se me ha asignado trabajo que hacer, y debe ser realizado.’

‘Tenemos la intención de ir al templo y ser sellados a ti, Padre, tan pronto como podamos.’

‘Ese, hijo mío, es en parte el porqué de venir a verte. Pronto seremos una familia y viviremos por toda la eternidad.’

‘Padre, ¿es natural morir?’

’Morir es tan natural como nacer o como salir por esa puerta.’ Y aquí señaló la puerta: ‘Cuando le dije a la gente que no podía durar mucho, se volvió oscuro y no pude ver nada durante unos minutos.’ Entonces lo primero que pude ver fue una serie de espíritus en el mundo espiritual. El papel que me diste, hijo mío, está mal fechado, pero no hace ninguna diferencia en particular, pues aquí se llevan registros correctos.

‘Padre, ¿es cierto el evangelio enseñado por esta Iglesia?’

‘Mi hijo, ¿ves esa foto?’ Señalando un cuadro de la Primera Presidencia de la Iglesia colgada en la pared.

‘Sí lo veo.’

‘Tan seguro como que ves esa pintura, con esa certeza te aseguro que el Evangelio es verdadero. El Evangelio de Jesucristo tiene en su interior el poder de salvar a todo hombre y mujer que lo obedezcan, y de ninguna otra manera pueden obtener la salvación en el reino de Dios. Mi hijo, aférrate siempre al evangelio. Se humilde, se dedicado a la oración, se sumiso al sacerdocio, se fiel, se fiel a los convenios que has hecho con Dios. Nunca hagas nada que desagrade a Dios. Oh, qué bendición es el evangelio. Hijo mío, sé un buen chico’”.

Mira el vídeo del Presidente Nelson, contando su historia a sus nietos.

 

 

(en Inglés)