Pronto finalizará el primer semestre de clases de Instituto de Religión. A lo largo de mi vida asistir a Instituto ha significado una gran bendición. Como alumno no solo fortalecí mi fe y cultivé amistades, sino que aprendí principios y doctrinas que me han ayudado a tener un matrimonio feliz. Me referiré a la importancia de asistir a Instituto, ya no desde el punto de vista de un alumno, sino desde el punto de vista de un maestro que también fue alumno. He tenido la bendición de servir como maestro de Instituto por tres años, y esta experiencia me ha abierto los ojos respecto de ciertos puntos que, si hubiese tenido a la vista cuando era un alumno, me habrían motivado a participar aun más activamente de Instituto.

El objetivo de Instituto es “ayudar a los jóvenes, y a los jóvenes adultos, a entender y confiar en las enseñanzas y en la expiación de Jesucristo, a hacerse merecedores de las bendiciones del templo y a prepararse ellos mismos, a sus familias y a los demás para la vida eterna con su Padre Celestial”. Al meditar en este objetivo me siento profundamente humilde e incapaz, por mis propios medios, de lograrlo. Y creo que de igual manera el alumno de Instituto, sin la ayuda del Espíritu, no podrá comprender la profundidad de este objetivo.

Mi intención no es analizar este objetivo. Mas bien es invitar a descubrir al lector cómo este objetivo es importante en su propia vida. Los alumnos de Instituto viven diferentes desafíos en sus vidas: la vida universitaria, la preparación para servir una misión, los comienzos de la vida laboral, la preparación para contraer matrimonio, etc. Sin importar qué situación esté viviendo en su vida, el alumno de Instituto encontrará en las aulas de clase un testimonio adicional de la expiación, y podrá descubrir una forma práctica de buscar y aplicar sus bendiciones en su propia vida. Tal vez esto es lo que el Presidente Monson quiso que aprendiéramos al señalar lo siguiente: “Si eres estudiante universitario soltero, te pido que hagas de tu participación en instituto una prioridad. Los estudiantes casados y otros adultos solteros también son bienvenidos y los animamos a asistir. Piénsalo. Harás nuevas amistades, sentirás el Espíritu y tu fe se fortalecerá. Te prometo que, al participar en instituto y estudiar las Escrituras de manera diligente, aumentará tu poder para evitar las tentaciones y para recibir la guía del Espíritu Santo en todo lo que hagas. Los que con humildad procuren ayuda divina, la recibirán. Ésa es una promesa que te hago” (cita disponible en https://institute.lds.org/importance/quotes?lang=spa).

Como maestro he visto un gran milagro en el salón de clases: el fortalecimiento exponencial de mi propio testimonio de la expiación de Jesucristo. Quisiera invitar a cada uno a participar activamente de Instituto. Quisiera que cada uno pudiese vivir el mismo milagro que yo he vivido. Para mi asistir a Instituto es importante porque me ayuda a confiar más profundamente en el Salvador y en Su expiación. Y esta confianza me ha ayudado a superar las pruebas que actualmente enfrento.


Este es un artículo de opinión donde el autor expresa su punto de vista el cual es de su exclusiva responsabilidad y no necesariamente representa la posición de El Faro Mormón o la de alguna otra institución.